Slow food ó “comida lenta” es un movimiento internacional nacido en Italia que se contrapone a la estandarización del gusto en la gastronomía, y promueve la difusión de una nueva filosofía que combina placer y conocimiento. Opera en todos los continentes por la salvaguarda de las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos y métodos de cultivo. El símbolo de slow food es el caracol, emblema de la lentitud.

El post de hoy lo dedicamos al cultivo y la gastronomía local, y más en concreto al movimiento slow food en el que hemos basado algunas de nuestras campañas para algunos gobiernos locales de la provincia de Castellón.

A muchos de vosotros os sonará a chino, pero el movimiento slow food ha tomado fuerza en estos tres últimos años. Comer de forma placentera, degustar y saborear lentamente, elevando nuestros productos autóctonos a la categoría de bien cultural son valores que transmite este concepto. La importancia del cultivo sostenible y la compra en el comercio local ayuda a nuestra población a tomar conciencia de nuestro patrimonio gastronómico.

Este término anglosajón proveniente de Italia nos encanta, y nos permite comunicar de forma creativa la gran variedad de productos alimenticios autóctonos que tenemos en Castellón.

Hemos organizado eventos, charlas y campañas publicitarias con cervezas artesanas, hortalizas y verduras km 0, aceites ecológicos, panes artesanos, pescado del Mediterráneo, naranjas ecológicas y, en general, la magnífica biodiversidad que nos ofrece nuestra rica zona de agricultores.

Castellón slow food, una de nuestras grandes apuestas.